
Volver a la rutina después de un periodo de descanso, como unas vacaciones, puede ser un reto psicológico importante. Los días de relajación, tiempo libre, desconexión y, en muchos casos, falta de responsabilidades suelen quedar atrás, mientras que la realidad del trabajo, los estudios y las obligaciones del día a día nos esperan con los brazos abiertos.
Esta transición puede generar estrés, ansiedad e incluso tristeza, lo que hace que el retorno a la vida cotidiana sea complicado. Sin embargo, con una preparación adecuada, podemos hacer que este proceso sea mucho más llevadero.
A continuación, desde el IASP te damos algunas claves para prepararte psicológicamente para la vuelta a la rutina.
1. Acepta la transición
El primer paso para enfrentarte a la vuelta a la rutina es aceptar que la transición es inevitable. Es común sentir nostalgia por las vacaciones y querer prolongar ese estado de libertad, pero cuanto más resistimos el retorno a las responsabilidades, más difícil se vuelve.
Aceptar que volver al trabajo o a los estudios es parte de la vida normal es fundamental para reducir la ansiedad. Cambia tu perspectiva: en lugar de verlo como «el fin de la diversión», trata de enfocarte en las oportunidades que la rutina también ofrece, como nuevos proyectos o retos que te hagan crecer.
2. Organiza tu tiempo con anticipación
Una de las razones por las que la vuelta a la rutina puede resultar estresante es la sensación de desorganización o de estar desbordado por las tareas pendientes. Para evitar esto, es útil comenzar a organizarse con antelación. Hacer una lista de las tareas que necesitas realizar y priorizarlas te ayudará a tener un control más claro de tus responsabilidades.
Comienza a establecer horarios y a planificar tu semana antes de que comience oficialmente, lo que te permitirá anticiparte a los posibles problemas y encontrar tiempo para adaptarte sin sentirte abrumado.