En lo que respecta a la sexualidad de los seres humanos, existen momentos puntuales que pueden provocar grandes revoluciones. Así, aunque cada vez más solicitados, valorados y respetados, durante mucho tiempo ir al sexólogo se ha considerado una cuestión casi de ‘secreto de estado’, o muchas veces descartada de antemano por miedo, cuestiones morales o religiosas.
La sexología, de hecho, es una ciencia relativamente nueva. La profesión de sexólogo, tal y como hoy lo conocemos, surgió a principios del siglo XX.. Por lo tanto, la sexología es una disciplina independiente para la que se necesitan unos estudios especializados y una práctica clínica.
Aunque su labor más conocida es la de abordar problemas o dificultades sexuales bien individuales o bien de pareja cuando éstas aparecen, lo cierto es que el abanico de labores que pueden realizar estos profesionales es mucho más amplio. Entre ellas:
- La educación sexual: informando y fomentado la vivencia plena y satisfactoria de la sexualidad de cada cual.
- Orientación en derechos sexuales y cuestiones relativas a la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- Información sobre identidad sexual así como fomento del respeto a todas las orientaciones sexuales (LGTBfobia).
- Prevención de violencia de género.
- Podría decirse, por tanto, que un buen sexólogo posee conocimientos de sexuación, sexualidad, erotismo, amatoria, procreación y pareja.
Los sexólogos tienen pues una labor didáctica, ya que ayudan a resolver las dudas de sus pacientes, y pueden asesorarles y ofrecerles alternativas para mejorar su vida íntima y sexual. Sus conocimientos son muy útiles, por ejemplo, en momentos clave en la vida de cualquier persona como la adolescencia, el inicio de la convivencia en pareja, el embarazo y la crianza, la menopausia, la jubilación, cuando aparecen enfermedades crónicas que pueden afectar a la sexualidad o bien cuando queremos reiniciar o continuar la vida sexual tras haber sufrido alguna enfermedad grave como un cáncer de próstata.
Cuando el paciente o la pareja así lo requiera, el sexólogo puede recomendar el inicio de una terapia que tendrá como finalidad curar o reasignar alternativas eróticas que ayuden a la persona o a la pareja a mejorar su vida sexual. Se estima que el 95% de las disfunciones sexuales son de origen psicológico debido a problemas de ansiedad. La terapia pone el foco de atención en mejorar ese funcionamiento. Por otro lado, cuando la terapia se inicia en pareja la eficacia suele estar en torno al 70% y tendrá mayor éxito cuanto antes acuda a consulta.
En todos estos casos podemos ayudarte desde el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. No dudes en contactar con nosotros a través del teléfono 952 60 28 28 o del email iasp@iasexologia.com