Las relaciones personales (de pareja, amistades, laborales, etc.) son necesarias y aportan grandes beneficios. Es normal buscar apoyo emocional y ayuda en nuestros seres queridos en momentos determinados. La dependencia emocional, sin embargo, va más allá de este punto de apoyo.
¿Quieres saber más sobre este tema? Pues hoy en el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología te lo contamos todo.
¿Qué es la dependencia emocional?
Detrás de estos dos términos se define un vínculo afectivo permanente y excesivo con otra persona. Es un fuerte apego que se produce en las relaciones con los demás y que puede provocar un sufrimiento real. Aunque se da sobre todo en parejas, también puede ocurrir en cualquier otro tipo de relación.
La dependencia afectiva designa un fenómeno de incapacidad psicológica de vivir por y para uno mismo. Se asocia, sobre todo, a una baja autoestima y puede encubrir deficiencias afectivas en la infancia. En este tipo de relación prevalece el sentimiento de apego y subordinación, con las consiguientes consecuencias emocionales negativas.
Los resultados de un estudio muestran que la dependencia emocional se relaciona negativamente con la autoestima y positivamente con la sintomatología ansioso-depresiva.
En este tipo de relación, la dependencia psicológica es «normal», existe una asimetría de roles y se desarrollan conductas desproporcionadas e inadecuadas para satisfacer la necesidad de afecto.