La semana pasada explicamos que la dependencia emocional comienza cuando un individuo establece una fuerte vinculación con otra persona, que generalmente ocurre en la institución de la pareja, y que se caracteriza por una fuerte necesidad del otro, sentimiento de temor a que la relación se acabe y una presencia de malestar y sufrimiento significativo que está presente en la mayor parte del tiempo.
¿Quiere saber más? Hoy en el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología te lo contamos todo.
Generalmente las personas que acaban desarrollando dependencia emocional establecen vínculos caracterizados por un apego ansioso e inseguro. Esto quiere decir que lo predominante en el vínculo de pareja es un miedo persistente a que se acabe.
Esto impide sentirse seguro como para tomar decisiones desde lo que uno quiere de la relación e impera lo que necesito para comprobar que la relación es segura. Este patrón es persistente y se repite en las diferentes relaciones que el individuo establece a lo largo de su vida y, a diferencia del trastorno de personalidad dependiente, solo ocurren en el ámbito de la relación de pareja.
Si tuviéramos que realizar una radiografía sobre las características de las personas que establecen relaciones de dependencia emocional observaremos:
- Baja autoestima.
- Inseguridad.
- Presencia de miedos irracionales.
- Sentimiento permanente de vacío que trata de compensarse en la relación de pareja.
- Dificultad para abstraerse del ámbito de pareja.
- Presencia de pensamientos obsesivos vinculados al ámbito de pareja.
- Desconfianza.
- Alto grado de sufrimiento.
- Alto grado de deseabilidad social o necesidad de agradar y complacer.
- Miedo a la soledad.
- Renuncia a mis necesidades y extremada sumisión.
- Conductas comprobatorias en la relación de pareja.