El Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) es una condición mental en la que una persona se obsesiona con defectos percibidos en su apariencia física, que a menudo son invisibles o mínimamente observables por los demás.
Esta obsesión puede causar un sufrimiento significativo y afectar negativamente la vida cotidiana de la persona, interfiriendo en su capacidad para funcionar en contextos sociales, laborales y personales.
Por ello, en este blog del IASP, exploraremos qué es el Trastorno Dismórfico Corporal, sus síntomas y cómo se puede tratar de manera efectiva.
¿Qué es el Trastorno Dismórfico Corporal?
El Trastorno Dismórfico Corporal se caracteriza por una preocupación excesiva por uno o más defectos percibidos en la apariencia física. Estas preocupaciones pueden centrarse en cualquier parte del cuerpo, pero comúnmente afectan la piel, el cabello, la nariz y otras características faciales. Las personas con TDC pueden pasar horas al día obsesionándose con su apariencia y tratando de corregir o camuflar los defectos percibidos.
Síntomas del Trastorno Dismórfico Corporal
Los síntomas del TDC pueden variar en gravedad, pero comúnmente incluyen:
- Preocupación excesiva por la apariencia: Preocupaciones constantes y exageradas sobre defectos físicos percibidos, que pueden ser imperceptibles para los demás.
- Conductas repetitivas: Compulsiones como mirarse en el espejo repetidamente, arreglarse excesivamente, pellizcarse la piel, buscar constantemente la opinión de los demás sobre su apariencia o evitar las fotos y los espejos.
- Evitar situaciones sociales: Evitar eventos sociales, trabajo o escuela debido a la ansiedad sobre la apariencia.
- Comparaciones con otros: Compararse constantemente con los demás y sentir que no se cumple con los estándares de belleza.
- Baja autoestima: Sentimientos de vergüenza, depresión, ansiedad e incluso pensamientos suicidas relacionados con la apariencia física.