El miedo a hablar en público y el pánico escénico son dos tipos de fobia social.
Pulso acelerado, sudoración, temblor de voz o malestar abdominal son algunas de las reacciones que manifiestan las personas que sufren miedo irracional a hablar en público o a salir al escenario. Este último ha saltado hace poco a los medios por afectar tanto a algunos artistas españoles, que alguno se ha planteado abandonar su carrera profesional. Esta respuesta puede alterar la calidad de vida del afectado, ya que sus efectos se propagan al entorno social, laboral y personal.
La fobia es un miedo intenso, persistente y crónico a algo que, en realidad, representa poco o ningún peligro real. Las personas que sufren algún tipo de fobia intentan evitar exponerse al estímulo o a la situación que les infunde temor y, si no lo consiguen, experimentan síntomas como taquicardia, tics nerviosos, sudor, sensación de falta de aire, temblores y un intenso deseo de huir, entre otros.
Cuando una persona tiene miedo a ser juzgada por otras, se siente insegura rodeada de estas y ello le impide llevar a cabo actividades, como hablar con ellas en el trabajo o en la escuela o conocer a personas nuevas, puede que sufra uno de los trastornos de ansiedad más común: la fobia social.
El miedo a hablar en público puede darse solo, junto con fobia social o formar parte del miedo escénico.
Los expertos recomiendan seguir algunos de los siguientes consejos:
- Evaluar el impacto y la ansiedad que provoca que el discurso no salga perfecto o que a la gente no le guste tanto como a uno le gustaría.
- Las habilidades para enfrentarse a un público y dar una conferencia se aprenden, y todas las personas pueden aprender.
- La respuesta nunca es la huida, ya que solo afianza el problema.
- Cometer errores no es el fin y no significa fracasar. No hay que tenerles miedo y sentirse con la suficiente autoconfianza para que si se cometen, rectificar.
- Pensar en lo que hay detrás de este miedo abre las puertas ante conflictos internos o parte de la psique que hay que trabajar.
- Prepararse bien es clave. Cuanto más se domine el tema, más capacidad de reacción se tendrá ante los imprevistos y mayor seguridad y firmeza.
- La visualización del discurso con una imagen positiva prepara el terreno y nos predispone a seguir lo conocido.
- No pensar en posibles situaciones que te estresarían.