La sexualidad nos permite, entre otras cosas, disfrutar de una privilegiada comunicación de sentimientos y sensaciones con otra persona.
Sin embargo, el abuso y la dependencia de sustancias psicoactivas supone en la actualidad un gran problema y una amenaza para la salud. Un hecho que también influye muchísimo en la sexualidad.
¿Quieres saber más? Pues hoy en el Instituto Andaluz de Psicología y Sexología te lo contamos todo.
El tabaco
Algunas personas aseguran sentirse más relajados y sexualmente más seguras cuando fuman, lo que entra en contradicción con la idea general de que el tabaco es nocivo para la potencia sexual.
Con independencia del efecto psicológico que el acto de fumar conlleva, la nicotina es una sustancia que a bajas dosis tiene un efecto estimulante, por lo que aumenta la capacidad de atención, y a altas es inhibidor, por lo que disminuye la tensión nerviosa.
No obstante, son bien conocidos sus efectos adversos sobre el sistema circulatorio, esencial para una buena función sexual, porque dificulta la irrigación sanguínea y facilita la aparición de hipertensión, angina de pecho, infartos y otros trastornos vasculares, entre ellos la disfunción eréctil en el hombre, así como problemas de lubricación en la mujer.
El alcohol
El alcohol tiene inmerecida fama de ser un poderoso excitante sexual. Las investigaciones llevadas a cabo han constatado que, tanto en el hombre como en la mujer, sus efectos son negativos.
En la mujer, incluso ingerido con moderación, dificulta la respuesta orgásmica. En el hombre, a partir de 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre, produce efectos de supresión de la erección.
Asimismo, el alcohol debilita la eficacia masturbatoria y disminuye el goce y la intensidad del orgasmo en ambos sexos. Estos efectos son apreciables con la sola ingesta de dos copas.
La marihuana o cannabis
El cannabis, que contiene unos 400 compuestos químicos, tiene efecto depresor y sus posibles efectos de relajación física, mental y de bienestar es probable que se deban a su acción desinhibidora que, como con el alcohol, permite obviar prejuicios sociales y tabúes personales.
Se han constatado casos de mujeres con disminución de la lubricación vaginal, lo que en ocasiones hace el coito más doloroso. Su consumo continuo suele conducir al desinterés por el sexo, lo que se explicaría por los recientes hallazgos de laboratorio.
La heroína y los opiáceos
Los efectos de los opiáceos parecen ser importantes en la sexualidad. En el hombre provocan alteración en el interés sexual, fracaso eréctil y retraso en la eyaculación. En la mujer es frecuente la alteración en el interés.
Estos problemas pueden ser también consecuencia del deterioro físico, la depresión y el estilo de vida caótico de muchas personas adictas a estas sustancias, con incremento de infecciones, déficit nutricional, etc.