Con este título, Lara Salguero Lucas, exalumna del director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP) y director del Máster en Sexología Clinica y Terapia de Pareja y del Training en Terapia Sexual y de Pareja del IASP, Francisco Cabello Santamaria, defendió su tesis doctoral ante un tribunal formado por José Antonio Carrobles catedrático de Psicología biológica de la Universidad Autónoma de Madrid, Jorge Barraca profesor asociado de la UCJC, Javier Gómez Zapiaín profesor titular del Departamento de Personalidad de la Universidad del País Vasco y Manuel Lucas coordinador del Máster en Sexología de la Universidad Católica de Cuenca (Ecuador) y un servidor.
El deseo erótico es uno de los componentes de la respuesta sexual humana que mayor interés suscita desde la comunidad científica. De esta forma, entender dicho constructo y las variables que influyen en su activación, desarrollo y funcionamiento es desde hace años objetivo de diversas investigaciones en campos como la sexología, la psicología o la medicina, entre otros.
Desde autores como Kaplan (1979) quien habló de él como la fase motivacional de la respuesta sexual hasta las últimas investigaciones en el campo, se asume la multitud de componentes que conforman el deseo.
Aunque en la actualidad no hay un consenso para definir qué es el deseo erótico sí existen algunas teorías que se plantean como aquellas que mejor explican su desarrollo.
Así, uno de los modelos más aceptados es el de Fuertes (1995) quien conceptualiza el deseo desde la interacción de tres componentes; una base neurofisiológica, una disposición emocional y cognitiva positiva y la presencia de inductores eficaces de sensacionales sexuales.