En la era digital actual, los influencers han ganado un protagonismo sin precedentes en plataformas como Instagram, YouTube y TikTok. Estos creadores de contenido a menudo muestran vidas aparentemente perfectas, lo que incluye cuerpos tonificados, viajes exóticos, moda de lujo y rutinas de bienestar.
Sin embargo, para quienes consumen este contenido, compararse con los influencers puede desencadenar una serie de problemas psicológicos. Por ello, en este blog del IASP, exploraremos cómo estas comparaciones pueden afectar negativamente la salud mental y qué se puede hacer para abordarlo.
1. Baja autoestima
Uno de los problemas más comunes que surge de compararse con influencers es la baja autoestima. Ver a diario imágenes de personas que parecen tenerlo todo puede hacer que uno se sienta insuficiente o menos valioso.
Los influencers suelen mostrar solo lo mejor de sus vidas, omitiendo los desafíos y las dificultades que enfrentan. Esta presentación sesgada crea una expectativa irreal sobre cómo debería ser la vida, lo que puede llevar a la insatisfacción personal y a sentimientos de fracaso.
2. Ansiedad y depresión
La comparación constante con los influencers también puede desencadenar o exacerbar problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. La presión por alcanzar los estándares de belleza, éxito y felicidad que los influencers parecen tener puede ser abrumadora.
Las personas pueden comenzar a experimentar un temor constante de no estar «a la altura» o sentirse atrapadas en una vida que no cumple con las expectativas creadas por las redes sociales.
3. Trastornos de la imagen corporal
Los influencers a menudo promueven ideales de belleza que no son realistas ni alcanzables para la mayoría de las personas. Las imágenes retocadas, el uso de filtros y las cirugías estéticas son comunes entre los creadores de contenido, pero rara vez se mencionan.
Compararse con estos cuerpos “perfectos” puede llevar a problemas serios de imagen corporal, incluyendo trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia. La presión por verse de cierta manera puede llevar a conductas poco saludables y a una obsesión con la apariencia física.