Pornografía en la adolescencia (II)

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Durante el XVI Congreso de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP) aseguró que “un 90 por ciento de chicos y chicas de EEUU han visto porno a la edad de 10 años y que afortunadamente en España el inicio en la pornografía es un poco posterior, pero con las mismas consecuencias”.

¿Quieres saber más sobre este tema? Pues atento al blog de hoy.

Consecuencias negativas

Aunque algún autor se ha centrado en las posibles consecuencias positivas derivadas del uso de pornografía en los jóvenes, la realidad científica evidencia un incremento exponencial de investigaciones que evalúan la asociación entre el uso de pornografía y múltiples consecuencias negativas.

Respecto a las conductas sexuales, se ha observado que aquellos jóvenes que consumen pornografía presentan una mayor probabilidad de llevar a cabo sexo esporádico, sexo con amigos o sexo oral y/o anal. También refieren un mayor deseo sexual, mayor número de encuentros sexuales, múltiples parejas sexuales y una iniciación sexual más temprana, en comparación con aquellos adolescentes que no consumen pornografía.

Sin embargo, cabe destacar que otros autores no han observado efectos direccionales claros entre el uso de pornografía y el comportamiento sexual de los adolescentes, por lo que se trataría de una asociación controvertida.

En cuanto a las conductas sexuales de riesgo, algunos autores subrayan que existe una clara asociación entre la exposición a la pornografía y las relaciones sexuales sin preservativo en los adolescentes. Sin embargo, otros estudios encuentran esta asociación en población adulta, pero no en el caso de los menores.

¿Más conductas sexuales agresivas?

Diversos estudios sugieren que los jóvenes que ven pornografía violenta podría presentar más conductas sexuales agresivas y una mayor aceptación de la violencia en el noviazgo, aunque se requiere de más evidencia empírica para poder obtener resultados concluyentes.

Como factores predisponentes para una mayor probabilidad de consumo de pornografía y de su frecuencia, se ha encontrado la mayor impulsividad, el uso de alcohol y otras sustancias en el año previo, una menor vinculación emocional con los progenitores, alteraciones en el funcionamiento familiar y la violencia familiar.

 

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