Tal y como vimos la semana pasada, la muerte perinatal es una experiencia profundamente dolorosa que implica la pérdida de un bebé poco antes o después del nacimiento. Esta pérdida abarca desde las últimas semanas del embarazo (después de las 22 semanas de gestación) hasta los primeros días de vida del bebé, y puede deberse a causas como problemas de salud de la madre, anomalías congénitas, complicaciones en el parto, entre otros factores.
De esta forma, hoy desde el blog del IASP te contamos cómo afrontar este duelo de manera psicológica.
Permitir el duelo
El duelo por la muerte perinatal implica una montaña rusa emocional. Sentimientos de tristeza, enojo, culpa, frustración e incluso alivio (en ciertos casos donde la salud de la madre o el bebé estaban en riesgo) son comunes.
Es importante que los padres permitan que todas estas emociones fluyan y no repriman el dolor. No existe una «forma correcta» de vivir el duelo, y cada persona procesa la pérdida de manera diferente. Hablar sobre el bebé y la experiencia de la pérdida puede ayudar a liberar estas emociones y a que los padres sientan que su dolor es validado.
Buscar apoyo emocional
Contar con una red de apoyo es fundamental para procesar la pérdida. Aunque algunas personas en su entorno pueden no comprender plenamente el dolor que están experimentando, el apoyo de familiares y amigos, así como el de grupos de duelo específicos para la pérdida perinatal, puede ser inmensamente útil.
Existen asociaciones y grupos de apoyo donde padres en situaciones similares pueden compartir sus experiencias y consolarse mutuamente. Sentir que no están solos y que su dolor es comprendido les proporciona una sensación de apoyo emocional fundamental en su proceso de recuperación.