Es un choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente o una emoción o impresión negativa, fuerte y duradera. Normalmente aparece cuando nos exponemos a una situación potencialmente traumática, estresante y amenazadora que ha sobrepasado nuestros mecanismos de afrontamiento.
Los síntomas que pueden indicar la existencia de estos traumas son:
- Insomnio y pesadillas por la noche.
- Mayor irritabilidad.
- Ansiedad y nerviosismo.
- Miedo.
- Confusión y dificultades para concentrarte.
- Sensación de culpa y vergüenza.
- Indiferencia emocional.
Cuando una persona vive una experiencia traumática y no dispone de las herramientas psicológicas necesarias para lidiar con el problema, la parte emocional de nuestro cerebro da la señal de alarma y desconecta la parte racional. En algunos casos, la desconexión es tan grande que el recuerdo se borra de la memoria consciente. En la práctica, las personas que no logran dejar atrás su pasado traumático, reviven las experiencias dolorosas como si se tratara de una situación real.
Las consecuencias que pueden aparecer y que pueden afectar al desempeño y calidad de vida son:
- Ansiedad.
- Depresión.
- Trastorno por estrés postraumático.
- Aislamiento Social.
- Trastornos disociativos.
Para superar el trauma sería necesario recurrir ayuda profesional y que nos ayuden a enfrentarlo y de esta manera poder pasar página.