La mayoría de personas que se encuentran inmersas en una separación o divorcio quieren resolver de mutuo acuerdo su situación. Sin embargo, no siempre es fácil hacerlo y a veces no será posible. Por ello, una manera de intentarlo es a través de una mediación familiar.
¿Quieres saber más sobre este tema? Pues hoy en el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología te lo contamos todo.
Mediación familiar
El mediador es una tercera persona encargada de procurar el diálogo y un adecuado clima de confianza entre las partes, con el fin de que ellas sean quienes propongan la solución a su situación.
Por tanto, el mediador no podrá actuar a favor o en contra de ninguno de los cónyuges, debe ser imparcial y neutral.
Asimismo, un punto muy importante a tener en cuenta es que tanto el procedimiento de mediación familiar como la documentación aportada serán confidenciales. En consecuencia, el mediador está protegido por el secreto profesional y no podrá ser obligado a declarar en un proceso judicial o en un arbitraje sobre la información obtenida.
No obstante existen dos excepciones:
- Cuando los cónyuges que opten por la mediación expresamente le dispensen del deber de confidencialidad.
- Cuando la información sea solicitada por los jueces del orden jurisdiccional penal, mediante resolución judicial motivada.