Muchas parejas, debido fundamentalmente a causas laborales, pasan una gran parte de su tiempo alejados en la distancia (física). Es normal que extrañemos el contacto sexual que disfrutamos cuando están juntos. Pero… ¿cómo podemos suplir esta carencia de placer cuando nuestra pareja está tan lejos? La respuesta es el cibersexo.
Cuando Internet se asentó en la población (hará como 15 años) las personas intuyeron que podía ser un filón para potenciar las relaciones sexuales. Sólo hacía falta tener contacto a través de la mensajería instantánea y un poco de atrevimiento.
En este sentido, el cibersexo es ya una realidad para muchas parejas. Se recomienda actuar con plena naturalidad y hacer volar la imaginación. Muchas veces probar cosas nuevas estimula a nuestra pareja y el hecho de desatar un vocabulario atrevido e inusual calentar el ambiente. Si el cibersexo va acompañado de imagen (no siempre se da, pues puede ser escrito o hablado) se pueden usar juguetes sexuales y/u otros artilugios.
El cibersexo, no obstante, contempla riesgos. Siempre debemos practicarlo con una conexión segura y auténtica confianza con quien estemos realizándolo. Es mejor ser muy precavidos en este punto que pecar de ingenuos.
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